Forma a los aprendices según las particularidades y necesidades reales de la empresa.
Conoce y forma a empleados potenciales, que aportan frescura, nuevas formas de hacer las cosas y pueden ser el relevo generacional.
Reduce los costes de información, formación y adaptación de los trabajadores a los puestos de trabajo.
Enriquece el equipo con aprendices que adquieren una visión global de la empresa, ya que se pueden formar en diferentes puestos y departamentos durante el proceso formativo.
Adapta contenidos formativos a las necesidades de una economía en permanente cambio. Contribuye a la profesionalización del sector.
Disminuye los costes de selección y es una inversión rentable.
Forma y contrata a personas que llegan a la empresa sin «vicios» laborales.
Promueve la responsabilidad social y transmite una imagen actual y de compromiso.
Crea cantera.